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Fotografía: CA Huracán |
“¡Jugá por abajo, nene!” gritó desde la platea Alcorta un señor que probablemente vio a Huracán campeón en el ’73. Y es que durante los primeros minutos, la pelota quemaba y se la pasaba en el aire. Hasta que un disparo desde 30 metros de Martínez dejó parado al arquero y rompió el cero. Un verdadero golazo del pibe.
Luego de eso, un suspiro profundo, recobrar el aliento y terminar con la tensión y la ansiedad que había en las tribunas del Palacio. Todo fue mejor tres minutos después, a los 40′ un centro desde el córner encontró la cabeza del solitario Domínguez, que la colocó en el fondo del arco. Un lujo irse al descanso con dos goles a favor.
Banfield fue a Parque Patricios con la esperanza de un triunfo, que aun dependiendo de otros resultados, podía darle el ascenso. El Globo necesitaba estirar la racha y llegar a tres triunfos al hilo para seguir peleando arriba.
En el segundo tiempo el visitante se fue desanimando cada vez más. No pudo romper la seguridad en el arco de Díaz, ni tampoco generarle problemas a la defensa que actuó ordenadamente. Cuando los “ole” comenzaron a explotar al unísono en el Tomás Ducó, Huracán controlaba todo, con toque, asociación y acercándose al tercer gol.
Cerca del final, una infracción de Erviti a Toranzo culminó en penal y gol. El equipo de Kudelka se mostró firme y sin bajar la intensidad, ni siquiera un minuto. El juego colectivo fue clave. En los últimos segundos, Capurro y Domínguez se llevaron los aplausos que merecían.
En las plateas y la popular, todos de pie para los minutos finales. Con las palmas de las manos calientes y las gargantas al rojo vivo. Fue una fiesta dentro y fuera del campo de juego, hubo papeles, globos y piñatas volando por el aire. También el nostálgico y viejo quemero que vivió las épocas doradas del club, se sostuvo de pie soltando el bastón y reconoció el esfuerzo del equipo.
Redacción: Ordoqui, Daniel Alejandro | @DanielOrdoqui
danielalejandroordoqui@gmail.com