Después de la abrupta salida de Eduardo Domínguez llegó Ricardo Caruso Lombardi con todo su carisma a cuestas y además con un triunfo bajo la manga. El primero del Globo en el campeonato luego de una derrota y tres empates que lo mantienen, por ahora, cerca de la zona baja de los promedios.
Fue de visitante ante Atlético Tucumán con goles de Sosa y Mendoza. Pero, lo que más llamó la atención fue la forma del juego, ya que en Huracán luego del año 1973 quedó la marca del buen futbol menottista y el club de Patricios se convirtió en estandarte de ello.
Sin embargo, hoy la historia cambió. Caruso es un técnico prágmatico y popular por evitar el descenso de varios equipos, lo que se conoce como un DT “saca puntos”. Si bien Huracán no está, por suerte, al borde del abismo, es real que necesita un colchón mayor de puntos para alejarse de abajo y quién sabe, poder prenderse al pelotón de arriba, donde se juegan las clasificaciones a las copas, objetivo expreso del nuevo DT.
El porqué de la renuncie de Domínguez sigue siendo incierto y será, seguramente, otra de las tantas historias que se tapen con tierra en la institución. Pero como dijo un gran pensador, el hombre es sólo esperanza y a eso podemos aferrarnos, con cualquier dirigente, con cualquier cuerpo técnico y con cualquier plantel, porque pueden tener defectos y cometer errores, pero Huracán es sagrado.