Israel Damonte llegó a Huracán a principios de año y rápidamente se convirtió en una de las figuras del equipo. Su particular look nunca pasa desapercibido y eso, sumado a su juego, llama la atención enseguida.
Dueño del mediocampo en el equipo de Gustavo Alfaro, el platinado volante se ganó el cariño del hincha quemero.
Después de un año donde, quizás, los objetivos eran otros se logró clasificar a la Libertadores y directamente a la zona de grupos. ¿Qué balance hacés?
El balance fue muy bueno. El equipo se salvó del descenso varias fechas antes del final del torneo y terminó entrando en Libertadores directo a la fase de grupos. Terminar 4° entre 28 es algo excelente.
Cuando Boca se puso 1-3 ¿pensaban que se escapaba la clasificación o confiaban en dárselo vuelta al Campeón de la Superliga?
Confiábamos en nosotros porque todavía nos quedaba un tiempo y además tenían que ganar los otros equipos. No es fácil ganar en el fútbol argentino. Es todo muy parejo. Por suerte logramos empatarlo y estuvimos cerca de quedarnos con la victoria.
¿Qué se sufrió más? ¿El partido ante el Xeneize o los posteriores de Racing e Independiente?
Los de Independiente y Racing. Y el de Talleres también! Si ellos lograban ganar sus partidos hoy no estaríamos hablando de nuestra clasificación.
Te acoplaste a un equipo prácticamente armado y te transformaste rápidamente en titular indiscutido y una de las figuras. ¿Imaginabas algo así cuando llegaste al club?
Sabía que venía a un buen equipo y tenía que estar a la altura de un club como Huracán. Por suerte el grupo me hizo sentir muy cómodo desde un principio y pude ayudar a que las cosas sigan saliendo como venían antes de mi llegada.
Varios compañeros prometieron platinarse el pelo como vos si clasificaban a la Libertadores. Pussetto, Calello y Pablo Álvarez ya lo hicieron. Como conocedor del tema ¿cómo crees que les quedó?
Por lo que vi les quedó bien. Es raro verlos así pero es al principio, después te acostumbras.
Cuando arribaste a Huracán, para algunos, era una incertidumbre saber cómo llegaba física y futbolísticamente un jugador de 36 años. Claramente esas dudas se fueron en cuestión de minutos. A este ritmo, ¿hay Damonte para rato?
Yo me siento muy bien. El grupo me ayudó a que me salgan las cosas. El futbolista lo que más necesita es la confianza de sus compañeros y del entrenador. Y seguir trabajando para mejorar día a día, obviamente. Esto fue lo que me encontré en Huracán. Un grupo humano bárbaro donde nos ayudamos entre todos.
Luego de este gran torneo y la clasificación a la Libertadores, ¿qué mensaje le darías al hincha de Huracán?
Agradecerles el apoyo y pedirles que sigan acompañando al equipo como lo vienen haciendo. Se vienen cosas lindas por jugar y vivir y si estamos todos unidos se pueden lograr grandes cosas.