Vestir la camiseta del mismo equipo durante 185 partidos no es algo habitual en el fútbol que nos toca vivir. Menos, si sacamos la cuenta de que un jugador estuvo 5 años y medios en el club que amamos y que cuando tuvo que demostrar, nos dejó a todos maravillados.
Marcos Díaz arribó de la mano de Antonio Mohamed y llegó para ser suplente de Diego Pozo. Debutó ante Ferro en reemplazo del arquero titular y al minuto de juego se lesionó. Luego de ese traspié comenzó a escribir la historia grande con Huracán, atajandole un penal a Independiente, logrando el ascenso y la consagración de la Copa Argentina donde se lució en tres tandas de penales incluida la de la final.
Luego llegó la final de la Supercopa Argentina ante River donde el 1 volvió a lucirse salvando al equipo durante la última media hora de partido. Jugó la Copa Libertadores y disputó la final de la Sudamericana 2015, donde el Globo no tuvo tanta suerte en la tanda de penales. Además de los logros que se pueden contar en títulos deportivos, nos regaló decenas de atajadas para el recuerdo y logró algo poco habitual, los niños de la tribuna querían tener la camiseta del arquero tanto como la del goleador, ¡no es poca cosa!
Se ganó merecidamente el cariño de todos los hinchas y se volvió, sin lugar a dudas, en el arquero más importante de la historia del club. Hoy decidió irse y buscar otros horizontes para su carrera pero sobre todo para su vida personal. Por algo pasan las cosas y lo lindo es poder vivir agradecidos de la historia que Marcos escribió en Huracán. Vienen cosas mejores, que el árbol no tape el bosque, ¡siempre Huracán!