Huracán fue al Cilindro de Avellaneda a disputar el que tal vez haya sido el partido más duro de la Superliga, comparable tal vez, con la intensidad del vivido en el Ducó ante Defensa y Justicia, los dos equipos que están peleando el campeonato.
El equipo de Mohamed arrancó parado con un 4-4-2 férreo en la marca y bastante metido atrás en los primeros minutos que Racing salió ferozmente a buscar el gol, que lo colocara ni más ni menos que en la cima del torneo.
A los cinco minutos el dibujo táctico cambió drásticamente. Carlos Auzqui pasó a la izquierda para colaborar con Pérez, Chimino se adelantó en el campo y se formó una línea de 3 con Araujo, Alderete y Salcedo. Sin embargo durante el primer tiempo el Globo contuvo al local pero no pudo dar más de tres pases seguidos.
Para el descanso se fue perdiendo por un gol recibido de pelota parada y al comenzar el segundo tiempo sí se pudo ver la mano de Mohamed. Salidas por abajo, más dinamismo en la mitad de la cancha y opciones de pase arriba (sobre todo por la garra de Gamba). Así el Globo llegó al empate y empezó a empujar para llevarse el partido con un Cilindro muy nervioso y un Racing jugando más ansioso que preciso.
Fueron varios los minutos donde Huracán estuvo al borde de darlo vuelta pero no llegó y entre la exasperante actuación de Auzqui y el INSÓLITO penal del recien ingresado Pablo Álvarez, Racing se puso arriba otra vez. Corrieron los minutos, Mohamed puso a Garro y Chávez, rompió la defensa y la mitad de la cancha, el partido se desfiguró totalmente. Para colmo, Auzqui coronó un partido redondo haciéndose expulsar y pocos minutos después Andrés Chávez pegó una patada sin pelota y también ligó la roja, para sumarle un poroto a su pésimo rendimiento.
En tiempo de descuento llegó el 3 a 1 final. Huracán no jugó un mal partido, pero se enfrentó al mejor equipo del campeonato e hizo agua en muchos aspectos que pagó caro. Parece que se despide de la pelea por el campeonato definitivamente y ahora debe afrontar los últimos ocho partidos pensando en entrar a la Libertadores 2020.
Vale destacar la actuación de Antony Silva, Alderete, Salcedo y Chimino (hoy en nueva posición). Gamba emociona todos los partidos, corre, mete, pelea y no da ninguna por perdida. Falta tiempo de ensayo para que el equipo logre la dinámica que el DT pretende y se nota sobre el final de los partidos, que también le falta una vuelta de rosca a lo físico.
En caliente, se puede pensar que hay jugadores que no dan para más. Chávez hace pensar que fue una decisión discutible dejar ir a Campana y Mendoza, y con seguridad, da para lamentar que Cordero no haya tenido su chance. Pablo Álvarez invita a creer que también falta recambio de jerarquía en los laterales y ni hablar de la necesidad que hay en la mitad de la cancha, donde notamos el hueco que dejó Bogado al irse. Fue un partido parejo, duro, no se podía esperar menos. Duele la derrota porque baja algunas ilusiones pero no suspende las otras, las de largo plazo. ¡A darle en la recta final del torneo, esto recien arranca, va a ser un año largo!